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La pausa profesional y por qué es importante tomarla si es necesario

Ganas de desconectar del trabajo, recargarse de energía y ganas de hacer y empezar de nuevo a lo grande. Recuperando la motivación adecuada y (re)descubriendo lo que amas hacer.


¿Cuántas veces, después de una reunión que no salió como esperabas, una discusión con el jefe, un período de estrés o simplemente pensando en tu pasado, presente y especialmente en tu futuro, te has preguntado si no había llegado el momento de tomarte una pausa profesional?

Y no los clásicos 15 días de vacaciones de verano, sino un verdadero paro real, claro y suficientemente largo, de todo lo que representa tu mundo laboral. Como una especie de año sabático o "gap year" (que no necesariamente tiene que durar un año pero ilustra bien la idea), para reconectarte contigo misma/o y recargar las baterías. Bien, si también te ha pasado, no te queda más que descubrir por qué este podría haber sido uno de los mejores pensamientos que hayas tenido. Y por qué es importante seguirlo al menos una vez en la vida.


Qué se entiende por pausa profesional

Como se ha dicho, cuando se habla de pausa profesional no se trata de fines de semana fuera de la ciudad, el día de vacaciones tomado al azar para interrumpir un período muy agotador o las semanas clásicas dedicadas a las vacaciones. La pausa profesional es un verdadero momento de paro, más o menos largo, de tu ámbito y lugar de trabajo.

Un paro momentáneo o definitivo. Para desconectar y descubrir (o redescubrir) lo que realmente amas hacer. Encontrando la motivación adecuada para hacerlo realmente. Una pausa de la rutina diaria. Un poco como sucede durante el típico año sabático que, entre el final de la escuela y el comienzo de la actividad laboral, es tomado por muchos jóvenes para organizar sus ideas, vivir nuevas experiencias y entender realmente qué dirección quieren darle a su vida. Pudiendo luego elegir con más madurez y un bagaje de experiencias mayor.


¿La única diferencia? La pausa profesional se toma cuando ya estás trabajando. Poniendo un paro a tu trabajo y a todo lo que conlleva (falta de tiempo, fatiga, cansancio, estrés. Pero también avances de carrera, promociones, etc.).


¿Un salto al vacío entonces? No exactamente. Mucho más simplemente una elección consciente para dar un nuevo impulso (la dirección la elegirás después) a tu carrera y profesionalidad. Y las razones son muchas más de las que puedas pensar.

Por qué es importante tomarse una pausa del trabajo

Aunque a primera impresión pueda parecer una pérdida de tiempo, una oportunidad para los indecisos, una escapatoria de varias y posibles responsabilidades y/o desafíos, etc., tomarse una pausa profesional es una de las mejores cosas que puedes hacer por ti misma/o.

Especialmente cuando no logras encontrar un sentido en tu trabajo (si no el puramente económico). Cuando los inconvenientes son mayores que los beneficios, cuando te das cuenta de que lo que sacrificas (tiempo, salud, relaciones, etc.) son cosas importantes para ti. Cuando lo que haces no es lo que realmente amas o deseas.

En resumen, si en la balanza el deseo y/o la necesidad de cambiar tu vida pesa mucho más que la seguridad que te puede dar un determinado trabajo en ese momento preciso, entonces es el momento adecuado para tomarte una pausa profesional. Y disfrutar de todos los beneficios que conlleva.


Qué sucede durante una pausa profesional

¿Algunos ejemplos? En primer lugar, desconectar del trabajo y dedicarse tiempo a uno mismo es la mejor manera de regenerarse y recargarse de energía. Energía que, una vez recuperada, no puede sino beneficiar a tu trabajo, ya sea el que has suspendido temporalmente o ese nuevo proyecto que has decidido emprender justamente durante tu pausa profesional.


Porque sí, este período también sirve para eso. Para entender qué es lo que realmente te gusta, tu inclinación personal, lo que amas y cómo quieres (realmente) llenar y vivir tu vida. Una especie de reseteo interior completo que te permite "empezar de nuevo" con nuevos puntos de vista, proyectos, sueños y deseos. Y con la visión de una vida más parecida y cercana a lo que eres.


Cómo actuar

Obviamente actuando de manera proactiva para hacerlo. ¿Cómo? Asistiendo a cursos, viajando, informándote sobre cómo llevar a cabo tus proyectos y manteniéndote siempre actualizada sobre tu trabajo, si es eso lo que deseas mantener una vez que regreses. No un tiempo perdido, por lo tanto, sino un tiempo lleno de todo lo que puede recargarte y hacerte empezar de nuevo a la velocidad correcta (la que elijas tener) y con una marcha más.

Un período necesario, entonces. Pero con algunos “si”. ¿Por ejemplo? ¿Y si al regresar no encuentras el puesto que dejaste? ¿Y si durante este período no encuentras las respuestas que buscas? O aún, ¿y si no puedes encontrar trabajo?


Cómo hacer para tomarse una pausa profesional

Preguntas legítimas que tienen diferentes respuestas según tu interlocutor. Alguien te dirá que tomarse una pausa profesional podría comprometer definitivamente tu carrera (problema superable si esa no es lo que deseas), equiparando este momento de paro a la pérdida de un tren importante que pasa solo una vez. Otros, en cambio, te dirán que los trenes pasan continuamente, solo depende de en qué dirección quieras ir.

Lo importante, en cualquier caso, es saber que si algo te sirve representando una necesidad real para ti, puedes y debes hacerlo (obviamente habiendo hecho las evaluaciones correctas).

Basta simplemente con organizarse. Y para hacerlo es suficiente permanecer siempre en escucha y activa (a pesar de la pausa) sin perder ninguna actualización respecto a tu trabajo y función, siguiendo los grupos correctos en las redes sociales, asistiendo a cursos. Colmando la falta de “trabajo” durante el tiempo que necesitaste tomarte, con todas las competencias (y quizás incluso más) que habrías adquirido presentándote cada día en la oficina.

Y sobre todo permaneciendo siempre fiel y sincera contigo misma y con los demás. No hay nada de malo en admitir para ti misma que necesitas una pausa (y no, tampoco en decírselo a tu jefe). Y no hay nada de malo en decir abiertamente que ese “hueco” en el currículum corresponde a un período de descanso que tomaste para descansar, aumentar tus experiencias y regresar más fuerte, enérgica, motivada y competente que antes. En tu “nuevo” viejo trabajo o en tu proyecto personal completamente por iniciar y descubrir.

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